Compuesto por 1 tubo, 1 cubo, 2 cilindros y una rueda, este kit está especialmente diseñado para acompañar una de las necesidades más instintivas del desarrollo infantil:
¡Meter los deditos en los agujeros!
Entre los 8 y 18 meses, los bebés atraviesan un período en el que exploran activamente con sus manos. Descubren los agujeros de la nariz, las orejas, los enchufes, y todo lo que despierte su curiosidad.
Este impulso natural de investigar el mundo se conoce, en la pedagogía Pikler, como “horadar”: una acción repetitiva, profunda y significativa, que forma parte del desarrollo motor y cognitivo.
¿La conocías?
Este kit no solo estimula, sino que ofrece una alternativa segura y enriquecedora para satisfacer esa necesidad exploratoria.